El ejercicio es bueno para todos. Entre otras cosas, mejora la circulación sanguínea a los órganos, tiene un efecto positivo sobre el sistema cardiovascular, reduce el riesgo de cáncer y levanta el ánimo. En principio, el deporte tiene una influencia positiva en la salud. Sin embargo, hay que distinguir entre el deporte recreativo moderado y el deporte de competición. Supone una gran diferencia para nuestro cuerpo tanto si sólo queremos mejorar un poco nuestra resistencia como si queremos competir en las próximas Olimpiadas. Nuestros alimentos contienen cada vez menos vitaminas, minerales y oligoelementos. Por ello, muchas personas necesitan complementos alimenticios, sobre todo si están expuestas al estrés en la vida cotidiana o no se alimentan de forma óptima. Los deportistas de élite también deben prestar especial atención a la nutrición y a los micronutrientes. Sin embargo, incluso en el ámbito del deporte aficionado, no hace ningún daño comer conscientemente y prestar atención a una ingesta suficiente de ciertos micronutrientes.
Las personas que hacen mucho ejercicio y sudan pierden minerales y oligoelementos. Un aumento del metabolismo energético debido al deporte o al estrés también requiere una mayor ingesta de ciertos micronutrientes. Por eso los suplementos dietéticos pueden tener mucho sentido cuando se hace ejercicio. Sin embargo, el énfasis se pone claramente en los «suplementos»: los suplementos ricos en micronutrientes nunca pueden sustituir a una dieta equilibrada. Sólo los complementan específicamente con algunas sustancias de las que el organismo necesita más.