El Parkinson, como por ejemplo el Alzheimer, pertenece a las llamadas enfermedades neurodegenerativas. Esto significa que afecta al sistema nervioso y progresa con una creciente reducción funcional y destrucción celular. Se trata de una afección con síntomas de parálisis por un lado y temblores o sacudidas incontrolables por otro. Aquí se ven afectadas las células productoras de dopamina, la mitad de las cuales a menudo ya han muerto en el momento del diagnóstico.

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Enfermedad de Parkinson: alivio eficaz de los síntomas
29 de noviembre de 2020
Dra. Dorothee Bös et al.
Los hongos vitales pueden permitir a los enfermos llevar una vida cotidiana mejor.
En la medicina ortodoxa, la medicación se administra en función de los síntomas respectivos, teniendo en cuenta la pérdida de efecto y los efectos secundarios. En algunos pacientes predominan los temblores, en otros la rigidez. Por lo tanto, cada terapia debe considerarse siempre de forma individual. El efecto de la L-dopa es el mejor, pero como el efecto se debilita en el curso de la terapia, se intenta retrasar su administración, sobre todo en los pacientes más jóvenes.
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Causas del Parkinson
En el estudio de los pacientes de Parkinson, sólo se encontró un mecanismo hereditario rastreable en alrededor del 10%. No obstante, en la actualidad se conocen varios genes y mutaciones que pueden desencadenar los síntomas del Parkinson. Los investigadores creen ahora que el deterioro de la función mitocondrial es el vínculo entre las diferentes formas de Parkinson y sus causas.
Las mitocondrias pueden estar genéticamente dañadas, reaccionar fuertemente al estrés oxidativo, la inflamación o las sustancias tóxicas y pueden resultar dañadas por reacciones autoinmunes. Mientras tanto, se supone que muchas enfermedades crónicas implican al menos una mitocondriopatía.
Se sabe que varios herbicidas comunes, los llamados herbicidas, desencadenan la enfermedad de Parkinson. Por ejemplo, la rotenona y el paraquat son hierbas medicinales conocidas que se asocian a un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson. Ambos son lipofílicos. Esto significa que pueden acumularse en la grasa de los seres humanos o de los animales.
El glifosato, que actualmente es objeto de un acalorado debate, también pertenece a este grupo, y los agricultores que trabajan con él corren un riesgo múltiple. En Francia, incluso se ha reconocido como enfermedad profesional.
Los metales pesados como el mercurio, conocido desde hace tiempo como una neurotoxina, también pueden favorecer el Parkinson y otras enfermedades del sistema nervioso. Y, por supuesto, ¡estamos lejos de poder estimar cómo se refuerzan entre sí todas las diferentes toxinas medioambientales!
Básicamente, los radicales libres se producen siempre durante la producción de energía en nuestras mitocondrias. Y las mitocondrias también tienen sus correspondientes mecanismos de protección. Sin embargo, cada vez con más frecuencia, debido a numerosos factores ambientales, estos mecanismos de protección parecen fallar o no son suficientes y se produce la denominada mitocondriopatía. Por otro lado, se utilizan antioxidantes como el Q10 y otros, así como el hongo vital cordyceps.
¿Qué podemos hacer?
La base es un buen aporte de antioxidantes. Nuestro cuerpo puede producir muchos antioxidantes por sí mismo. Para ello, sin embargo, necesita un buen aporte de minerales y oligoelementos, por ejemplo selenio, manganeso o cobre. Además, es importante ingerir abundantes antioxidantes en la dieta. Esto ha disminuido enormemente en el contexto de nuestra dieta actual.
La colorida variedad de frutas, verduras, hierbas y especialmente las setas pueden proporcionarnos antioxidantes perfectos. Las setas contienen polifenoles fuertemente antioxidantes y la sustancia única ergotioneína. Se habla de una nueva vitamina. Aparte de los hongos, sólo las bacterias parecidas a los hongos, los llamados actinomicetos, pueden producir esta sustancia. Como no solemos comer actinomicetos, dependemos de los hongos para nuestro suministro. Los científicos han encontrado nuestros propios sistemas de transporte para la ergotioneína en nuestras células ¡y en las mitocondrias!
Esto significa que esta vitamina ha estado con nosotros durante mucho tiempo. La ergotioneína es capaz de regular los procesos inflamatorios. Dado que los pacientes de Parkinson tienen niveles muy bajos de ergotioneína y a menudo niveles bajos de otros antioxidantes, esto es un indicio de un mayor estrés oxidativo y, por supuesto, de una mayor necesidad de proteger las células nerviosas restantes. Una dieta sana y rica en hongos es, por tanto, relevante tanto para la prevención.
Setas vitales para la enfermedad de Parkinson
Existen algunos estudios e investigaciones sobre el tema de las setas y la enfermedad de Parkinson. En cuanto al contenido en ergotiones, el Pleurotus es particularmente interesante, pero también el Shiitake, el Maitake o el champiñón. Se han investigado específicamente los hongos Hericium y Reishi. Se pudieron medir los efectos protectores sobre las células nerviosas.
Aquí, en el Instituto MykoTroph, a menudo nos han dicho que los pacientes de Parkinson están más alerta y vuelven a participar más en la vida con setas como el Hericium o el Reishi. En muchos enfermos de Parkinson, la circulación sanguínea suele reducirse debido únicamente a la edad y a la arteriosclerosis, lo que a su vez favorece la demencia. En estos casos, hongos como la Auricularia y el Shiitake resultan además interesantes.
En general, los hongos proporcionan valiosos antioxidantes, tienen un efecto antiinflamatorio y favorecen los órganos de desintoxicación y, por tanto, también la eliminación de metales pesados. Por ejemplo, el hongo reishi ayuda al hígado y el cordyceps al riñón. Por supuesto, siempre hay que beber abundantemente y complementar las sustancias amargas con alimentos.
El Parkinson es una enfermedad multifactorial cuya terapia, ya sea convencional o complementaria, debe orientarse siempre de forma individual. En el Instituto MykoTroph estaremos encantados de ayudarle en todas las cuestiones relacionadas con los hongos.
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