Los efectos del estilo de vida y de los hábitos alimentarios sobre la salud siguen siendo, desgraciadamente, demasiado descuidados hoy en día. Es cierto que ciertos puntos fuertes y débiles son inherentes a nuestro cuerpo desde el nacimiento. En última instancia, sin embargo, el tejido nuevo que se forma constantemente se construye a partir de las sustancias que suministramos regularmente al organismo. Un tejido sano sólo puede construirse a partir de alimentos sanos. Por eso debemos comer alimentos frescos y naturales en la medida de lo posible. Alimentos sin conservantes ni aditivos. La cantidad de comida es igual de importante: debe adaptarse a las necesidades individuales así como al poder digestivo individual.
Sólo cuando los alimentos que ingerimos pueden ser utilizados por nuestro organismo pueden desarrollarse tejidos sanos. En los tiempos que corren, el poder digestivo se ve alterado sobre todo por el estrés. Entonces, a menudo nos sentimos cansados después de comer o aparecen problemas digestivos. Una alimentación sana y un estilo de vida equilibrado son la base de nuestra salud.