La experiencia clínica demuestra que los hongos medicinales tienen efectos muy complejos y versátiles. En el ámbito del sistema nervioso, por ejemplo, no sólo tienen un efecto estimulante, sino también calmante en la misma medida.

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Las setas son adaptógenos
25 de mayo de 2022
Dra. Dorothee Bös et al.
La definición de adaptógenos
El científico ruso Dr. Nikolai Lazarev definió un adaptógeno ya en 1947 de la siguiente manera: «Una sustancia que permite al organismo resistir a diversos factores estresantes físicos, químicos y biológicos desarrollando una resistencia no específica. Esto permite al organismo adaptarse a circunstancias en las que está particularmente expuesto al estrés.»
Israel I. Brekhman y el Dr. I. V. Dardymov describieron con más detalle los adaptógenos de 1968:
- Los adaptógenos no son tóxicos y tienen muy pocos efectos secundarios. Son inofensivos para el organismo.
- Los adaptógenos provocan una respuesta inespecífica del organismo al estrés; el cuerpo recibe el poder de resistir o adaptarse. Se acumula una reserva de poder adaptógeno que puede utilizarse en situaciones de estrés agudo. A diferencia de los estimulantes, no se reduce la energía vital de las células.
- Los adaptógenos tienen un efecto normalizador en el organismo. Y esto es independiente de la dirección en la que se haya producido la desviación de la norma fisiológica. Promueven la inteligencia celular, refuerzan en caso de hipofunción y amortiguan en caso de hiperfunción.
Los adaptógenos actúan sobre los sistemas reguladores del organismo como el eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal (sistema HHN), el sistema simpatoadrenérgico (sistema nervioso simpático y médula suprarrenal) y el sistema inmunológico. Los efectos secundarios incluyen el hígado, el sistema cardiovascular, el páncreas y los riñones.
Sustancias con efecto adaptógeno
Los adaptógenos incluyen principalmente hongos o plantas que se han adaptado a condiciones ambientales extremas. Por ejemplo, el frío, la altitud extrema, la falta de oxígeno, la luz solar intensa o la sequía. Pero también incluye, por ejemplo, las raíces, que contienen la energía concentrada y la densidad de nutrientes de años de crecimiento y madurez.
Si se observan los lugares donde se encuentra el cordyceps , por ejemplo, queda claro por qué tiene un efecto adaptógeno tan fuerte. Crece a grandes altitudes en el Himalaya con poco oxígeno, bajo influencias extremas de temperatura y fuerte luz solar. Pero los otros hongos medicinales también tienen los ingredientes típicos de los adaptógenos, como los polisacáridos y los triterpenos.
Ingredientes con propiedades adaptógenas
Entre los ingredientes con propiedades adaptógenas se incluyen:
- Polifenoles (flavonoides)
- Terpenos: Gran grupo de sustancias vegetales secundarias que permiten a las plantas crecer en su entorno. Los subgrupos de éstos son los triterpenos y las saponinas. Los triterpenos y las saponinas tienen un efecto similar al de los glucocorticoides. Son antiinflamatorias, protectoras del hígado y reguladoras del sistema inmunitario y tienen un efecto fortalecedor de las glándulas suprarrenales.
- Polisacáridos (ß-glicanos especiales): Las plantas que contienen muchos polisacáridos regulan el sistema inmunitario, refuerzan la energía vital y son tónicos Qi (donantes de energía). Los ingredientes no activos también influyen en el efecto de la planta o el hongo mejorando la absorción, reduciendo la toxicidad o previniendo los efectos secundarios.
Las reacciones del organismo ante el estrés
El estrés no está ligado exclusivamente a acontecimientos difíciles o desagradables, sino que también puede producirse en circunstancias positivas. El factor decisivo es la forma en que nuestro organismo reacciona a los cambios del entorno y a la consiguiente alteración de la llamada homeostasis. Se refiere al principio que se aplica a todos los organismos vivos de mantener o restablecer el equilibrio alcanzado (flujo) ante condiciones de vida cambiantes. Por ejemplo, en el presupuesto del cuerpo. Además, en sentido figurado, la tendencia del organismo a autorregularse y equilibrar las tensiones psicológicas.
Sólo el estrés crónico tiene un impacto en nuestro cuerpo y nuestra mente. Estos efectos pueden persistir incluso después de que haya finalizado el momento estresante. El tipo, la fuerza y el impacto de los factores estresantes varían mucho de una persona a otra. Entre los posibles factores estresantes se encuentran los virus, las bacterias, las sustancias químicas, el ruido, el clima extremo, los alérgenos, la radiación, las ondas electromagnéticas, la cirugía, el embarazo, el parto, los traumatismos, las enfermedades graves, las intoxicaciones o las emociones fuertes.
El hipotálamo es nuestra unidad central de control y responsable de la homeostasis. Tiene dos formas de responder al estrés: por vía nerviosa o por vía endocrina. Ambos provocan la liberación de hormonas del estrés. Éstas desencadenan la respuesta del organismo al estrés. Tras un acontecimiento estresante, el hipotálamo se activa inmediatamente.
Respuesta al estrés a través de dos vías fisiológicas
La respuesta al estrés se produce a través de dos vías diferentes:
- Sistema HHN (hipotálamo-hipófisis-corteza suprarrenal): Se trata de la vía endocrina. En el hipotálamo, se estimula la liberación de CRH (hormona liberadora de corticotropina). Esto desencadena la liberación de ACTH (hormona adrenocorticotrópica) en la glándula pituitaria, que a su vez estimula la corteza suprarrenal para producir glucocorticoides y cortisol en particular. Este proceso sirve para movilizar la energía.
- SAS (Sistema Simpatoadrenal): Es la vía nerviosa también llamada «Respuesta de lucha o huida». El hipotálamo también estimula la médula suprarrenal a través del sistema nervioso simpático para que produzca catecolaminas (adrenalina, noradrenalina).
El hipotálamo y la hipófisis son la interfaz entre los sistemas nervioso y hormonal.
Cortisol
El cortisol es la hormona del estrés para movilizar la energía. El cuerpo necesita energía para huir o luchar. Esto significa que necesita energía para poder reaccionar al acontecimiento estresante. El cortisol provoca la liberación de aminoácidos de las proteínas musculares. Estos aminoácidos se utilizan en el hígado para sintetizar glucosa (gluconeogénesis). El consumo de glucosa en otros tejidos se reduce y los músculos utilizan ácidos grasos para que el cerebro pueda abastecerse de suficiente glucosa. El cortisol regula la presión arterial, las funciones cardiovasculares y el sistema inmunológico.
Un exceso de cortisol provoca, entre otras cosas, una supresión del sistema inmunitario, ansiedad, insomnio, hipertensión, resistencia a la insulina, obesidad, osteoporosis, desequilibrio de las hormonas sexuales u ovarios poliquísticos. A su vez, un exceso de cortisol puede provocar depresión, insomnio, fibromialgia, hipotensión, síndrome de fatiga crónica (SFC), infertilidad, impotencia masculina o síndrome premenstrual (SPM).
Adrenalina
Norepinefrina
La noradrenalina aumenta la presión arterial, mantiene la circulación sanguínea y transmite impulsos nerviosos en el sistema nervioso autónomo (simpático y parasimpático). Esto permite al organismo luchar o huir, es decir, reaccionar ante las condiciones ambientales cambiantes o el estrés.
DHEA (dehidroepiandrosterona)
La DHEA es producida por la corteza suprarrenal y es un antagonista del cortisol. Impide la unión del cortisol. El cortisol y la DHEA son buenos marcadores de la actividad del eje HPA.
Fases de estrés
Bajo estrés, el cuerpo utiliza más energía y puede producirse agotamiento. Además, se producen más radicales libres. Éstas destruyen las mitocondrias y, por tanto, el equilibrio energético de las células.
Se distingue entre una fase de alarma, una fase de resistencia y una fase de agotamiento. En los primeros minutos u horas tras el estímulo de estrés, se inicia la fase de alarma: Los sistemas SAS y HHN se activan para proporcionar al organismo la energía necesaria para aumentar su rendimiento. Se produce una sobreactivación. A ésta le sigue la fase de resistencia, en la que el organismo se adapta al estímulo de estrés continuo. La contrarregulación del sistema nervioso parasimpático reduce la sobreactivación, pero sigue estando por encima de la norma saludable. Las enfermedades psicosomáticas como el asma, la hipertensión y las úlceras suelen aparecer en esta fase. En la fase de agotamiento, el organismo ya no tiene suficiente energía de adaptación y se producen fatiga y desequilibrios en varios sistemas corporales. Las consecuencias más comunes son también una mayor susceptibilidad a las infecciones, la depresión, la ansiedad o el envejecimiento prematuro. En última instancia, todos los sistemas orgánicos pueden verse afectados, ya que todos están bajo el control del sistema neuroendocrino.
Sobre el efecto de los adaptógenos
La regulación de un sistema desequilibrado tiene lugar a través del eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal (sistema HHN) y a través del sistema simpatoadrenérgico (sistema nervioso simpático y médula suprarrenal).
Los adaptógenos apoyan todo el sistema neuroendocrino. En particular, refuerzan la corteza suprarrenal. Así, contrarrestan los efectos negativos del estrés; se regula la liberación de las hormonas del estrés. Permiten a nuestro organismo reaccionar de forma adaptativa a las condiciones cambiantes del entorno y minimizan los daños posibles de una respuesta prolongada al estrés. El sistema HHN está estabilizado. Así, la fase de agotamiento se retrasa o se evita por completo.
Los adaptógenos ayudan a mantener la homeostasis en situaciones de estrés crónico y preservan las fuerzas adaptativas. Esto incluye también el biorritmo fisiológico (ritmo circadiano), la temperatura corporal normal y la producción de cortisol. Los adaptógenos tienen un efecto profiláctico al aumentar la resistencia inespecífica del organismo a diversos factores de estrés.
Los adaptógenos también tienen un efecto anabólico. Protegen las reservas de energía y tienen así un efecto tonificante. Esto es importante para los deportistas y, en general, en la vejez. También tienen un fuerte efecto antioxidante, que puede ralentizar el proceso de envejecimiento biológico.
Los adaptógenos actúan a nivel celular, estimulando las mitocondrias para que produzcan energía (ATP). El ATP es importante para la potencia física y la fuerza.
Asimismo, también mejoran la función hepática. El hígado proporciona glucosa para la producción de energía y también segrega toxinas. Además, los adaptógenos regulan el sistema inmunológico.
Las interacciones entre las emociones, el sistema nervioso y el sistema inmunológico se investigan en el campo de la psiconeuroinmunología. Los adaptógenos afectan tanto al cuerpo como a la mente a través de la regulación del sistema neuroendocrino. El eje HPA se ve influido y así se regula todo el sistema corporal.
Los beneficios para la salud de los adaptógenos como el reishi y el cordyceps
- Para la insuficiencia suprarrenal debida al estrés crónico.
- Antienvejecimiento al detener los procesos/factores fisiológicos del envejecimiento: se contrarrestan el estrés, los radicales libres, el exceso de cortisol, la deficiencia de DHEA y los procesos inflamatorios.
- Contra la ansiedad y la depresión, ya que mejoran el estado de ánimo, reducen el estrés y tonifican los nervios.
- En la artritis tienen un efecto antiinflamatorio y regulador del sistema inmunitario.
- En los deportes de competición: acortamiento de las fases de regeneración, mejora de la resistencia, mejora del pulso, ayuda a la respiración y a la circulación.
- Mejora del rendimiento de la memoria, porque los niveles elevados de cortisol provocan la muerte de las células nerviosas; regulación de los niveles de neurotransmisores.
- Fortalecimiento del sistema respiratorio.
- Para el cáncer: Antioxidante, contra el estrés, regulación del sistema inmunitario y
- Reducir los efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia.
- Fortalecimiento y protección del sistema cardiovascular: regulación de latensión arterial y el colesterol, contra las arritmias, fortalecimiento del músculo cardiaco.
- Beneficioso para los trastornos digestivos, ya que las hormonas del estrés retrasan la digestión e influyen en la flora intestinal.
- En caso de agotamiento: Se consume más energía en situaciones de estrés.
- Regulación del sistema inmunitario: Pequeñas cantidades de cortisol estimulan la respuesta inmunitaria, grandes cantidades suprimen el sistema inmunitario.
- Protector / fortalecedor del hígado.
- Para la salud mental y emocional: Aligera el ánimo, calma la mente.
- Regulación de las hormonas sexuales: testosterona, progesterona, estrógenos interactúan con el eje HPA.
- Para los trastornos del sueño: La secreción circadiana de cortisol se ve alterada por el estrés; el cortisol ayuda a sincronizar las actividades, la alimentación y los hábitos de sueño.
- Contra el sobrepeso: El estrés a menudo incita a comer en exceso y los niveles elevados de cortisol conducen al almacenamiento de grasa, especialmente en el vientre.
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Estudios / fuentes científicas
- Winston, D., Maimes, S.: «Adaptógenos – Hierbas para la fuerza, la resistencia y el alivio del estrés»; Healing Arts Press, Rochester, Vermont, 2007