Un intestino sano es uno de los requisitos básicos más importantes para nuestra salud. Así lo demuestra el hecho de que incluso dolencias bastante simples en el tracto intestinal pueden afectar significativamente a nuestro bienestar general. Entre ellos se encuentran la flatulencia, la hinchazón o el estreñimiento.
Un intestino sano garantiza mucho más que una buena digestión. También es la mayor superficie de contacto con el medio ambiente y hay que protegerla. Los microorganismos que se instalan en el intestino -el llamado microbioma-, la mucosa intestinal y el sistema inmunitario asociado al intestino desempeñan un papel muy decisivo.