Las infecciones de la vejiga y del tracto urinario están provocadas principalmente por agentes patógenos. Las bacterias suelen ser la causa. Las mujeres se ven afectadas con más frecuencia que los hombres. La razón es su uretra comparativamente más corta, que puede provocar fácilmente infecciones ascendentes. Otro desencadenante de la cistitis es el estrés psicológico y el debilitamiento asociado del sistema inmunológico.
Los síntomas clásicos de la cistitis aguda incluyen dolor intenso y ardor al orinar, así como la sensación de una necesidad constante de orinar y calambres en los músculos de la vejiga. Los síntomas son muy desagradables y provocan un grave deterioro del bienestar. Si el tratamiento es inadecuado, la cistitis aguda puede volverse crónica. Esto se asocia a dolencias crónicas como, sobre todo, la vejiga irritable, que se caracteriza por una necesidad frecuente de orinar.
En los hombres, el agrandamiento benigno de la glándula prostática (hiperplasia prostática benigna) suele producirse a partir de la mediana edad. El consiguiente estrechamiento creciente de la uretra puede provocar problemas de vaciado de la vejiga urinaria. Esta acumulación favorece la aparición de infecciones de vejiga.