Las enfermedades de la piel pueden tener causas muy diferentes. Sin embargo, éstas nunca yacen solas en la superficie de nuestro cuerpo. Con la neurodermatitis, la psoriasis, las verrugas y otras enfermedades cuyos síntomas se manifiestan en cambios en el aspecto de la piel, los desequilibrios de nuestro organismo siempre desempeñan un papel. Los hongos vitales ayudan a equilibrar precisamente estos desequilibrios.
Debido al gran número de enfermedades cutáneas, es imposible hacer una descripción general de los síntomas. El único hecho universal es que una enfermedad de la piel siempre va acompañada de un cambio. Así que el aspecto y la estructura pueden ser repentinamente diferentes. También es posible que aparezcan nuevas sensaciones como ardor, picor o dolor. Otras manifestaciones típicas son pústulas, habones, enrojecimiento, vesículas y escamas. Mientras que algunas enfermedades cutáneas, como el cáncer de piel, están localizadas, otras pueden cubrir grandes zonas o incluso todo el cuerpo. En cuanto a la aparición de los síntomas, hay que distinguir entre las enfermedades que cursan de forma crónica y las que vienen en recaídas. Con esta última, puede haber fases de completa ausencia de síntomas una y otra vez.
Tan variadas como son las enfermedades de la piel, también lo son sus desencadenantes. Aquí le ofrecemos una visión general de los factores relevantes para el bienestar de la piel.
Los investigadores aún no pueden explicar definitivamente por qué alguien padece neurodermatitis. Lo que es seguro es que se hereda una cierta susceptibilidad. Además, la higiene parece desempeñar un papel importante, especialmente con los niños: Cuanto más en contacto estén con la suciedad y los gérmenes, menor será su riesgo de enfermar. La neurodermatitis está causada por una reacción exagerada del sistema inmunitario en la que se libera demasiada IgE e histamina. Como resultado, aumenta la inflamación y la piel empieza a picar. No rascarse como enfermo requiere un enorme autocontrol. Sin embargo, si se rasca la piel, los síntomas empeoran: la inflamación se extiende y se producen infecciones. Además de un desequilibrio del sistema inmunitario, el contenido de sal de la piel suele ser demasiado alto en la neurodermatitis. Esto altera la flora natural de la piel, haciendo que la barrera cutánea sea más permeable y, por tanto, más susceptible a los estímulos ambientales.
Dado que esta enfermedad de la piel varía mucho en sus síntomas, cursos y desencadenantes, no existe un plan de tratamiento general. Más bien, es importante combinar algunos principios generales de estilo de vida y, especialmente, de nutrición, con medidas de ayuda individual. El Reishi, el Hericium y el Pleurotus son setas adecuadas para este fin. Estos hongos pueden ayudar a mejorar la salud intestinal, reducir los problemas de histamina, equilibrar el sistema inmunológico y aumentar la resistencia al estrés.
En relación con los dos últimos puntos, investigaciones recientes han arrojado resultados interesantes. Así, un nivel elevado de lipopolisacáridos (LPS) parece estar asociado a la aparición de psoriasis. Los LPS son producidos por bacterias que sólo están presentes en niveles bajos en un entorno intestinal sano. Si la flora intestinal está desequilibrada, estas bacterias «malas» toman el control y producen un exceso de LPS. Para curar la psoriasis de forma natural o tenerla bajo control, es por tanto esencial cuidar la salud intestinal.
Especialmente contra un nivel elevado de LPS, pero también para aliviar los síntomas autoinmunes de la psoriasis en general, la dieta debe ser lo más natural posible y rica en fibra. Además del ácido fumárico y la ciclosporina A, los hongos vitales han demostrado repetidamente ser una medida útil. Aquí se recomiendan, por ejemplo, el hongo reishi, el hericium, el cordyceps, el ABM, el chaga, el shiitake y el maitake. Mucho ejercicio y un bajo nivel de estrés también tienen un efecto favorable. Para curar la psoriasis de forma natural, la luz, la terapia climática, la sal como aditivo para el baño y los preparados de urea contra el picor han demostrado su eficacia en el tratamiento externo. También puede utilizar ácido salicílico para favorecer la eliminación de la caspa.
La rosácea es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel del rostro. Se producen enrojecimientos, piel seca con picor y ardor hasta ampollas y crecimientos bulbosos. La enfermedad progresa por episodios. Las causas tampoco están aún muy claras. Además de una predisposición genética, los dermatólogos suponen un desequilibrio de los sistemas inmunológico y nervioso. Las bacterias también pueden desempeñar un papel.
Cáncer de piel es el término utilizado para todos los tipos de cáncer que aparecen en la zona cutánea. Mientras que el cáncer de piel negro -también llamado melanoma- es la forma más peligrosa, el cáncer de piel blanco es la variante más común. Los científicos distinguen entre carcinoma basocelular y carcinoma espinocelular en función del origen de las células degeneradas. Ambas se producen principalmente en las zonas expuestas con frecuencia al sol. También existen otros tipos de cáncer de piel, como los sarcomas o la enfermedad de Paget. Básicamente, nuestro sistema inmunitario es capaz de reconocer las células cancerosas degeneradas y convertirlas en inofensivas. Sin embargo, si las defensas no son lo suficientemente fuertes, los tumores pueden crecer sin obstáculos.
Los síntomas desagradables como el ardor, el picor y el enrojecimiento de la piel suelen ser consecuencia de las alergias. La causa de la reacción de la piel es casi siempre un desequilibrio del sistema inmunitario. En la mayoría de los casos, se trata del llamado desplazamiento TH2, en el que se liberan más IgE e histamina. Además, el estrés puede intensificar los síntomas alérgicos.
Cuando se trata de curar de forma natural enfermedades de la piel como la neurodermatitis, la psoriasis, las verrugas o el herpes zóster, siempre hay que tener en cuenta los factores internos y externos. Una dieta sana combinada con los hongos vitales adecuados garantiza el equilibrio de los intestinos, el sistema inmunitario, el metabolismo y las hormonas. Cuando utilice cremas externas para el cuidado de la piel, le recomendamos que se asegure de que son de calidad ecológica. Dependiendo del tipo de piel y de sus necesidades, pueden utilizarse como base cremas o pomadas hidratantes o que contengan grasa. La hierba de San Juan, el aceite de almendras o de oliva, por ejemplo, son una fuente natural. El polvo de hongo vital añadido o aplicado generalmente de forma externa alivia además el picor, calma la piel, favorece la cicatrización de las heridas y previene las infecciones.