En nuestra sociedad moderna, la ingesta permanente de sustancias nocivas para la salud es un problema creciente. Absorbemos contaminantes todos los días a través de ciertos alimentos, el medio ambiente (aire y agua), pero también a través de los cosméticos, por ejemplo. Aunque sólo sea una pequeña cantidad diaria, los aditivos químicos de los alimentos y las toxinas ambientales pueden sobrecargar nuestros órganos excretores a largo plazo.
Como resultado, se produce un aumento de la permeabilidad de la pared intestinal (síndrome del intestino permeable). Así, las toxinas y los aditivos entran más fácilmente en la sangre. Esto a su vez conduce a una carga hepática pesada, que puede causar alergias, por ejemplo. También crea un ambiente en el organismo que favorece el desarrollo de muchas enfermedades. Se forman más «radicales libres», que destruyen las células sanas.
Los hongos medicinales o vitales contienen muchos ingredientes valiosos, entre ellos potentes antioxidantes que protegen nuestras células de los radicales libres. Así, combaten el estrés oxidativo y protegen contra los daños a largo plazo.