Los gérmenes patógenos se propagan en el organismo humano sobre todo cuando éste no puede desintoxicarse lo suficiente. El uso de hongos medicinales hace que las toxinas sean absorbidas o transformadas en productos finales menos tóxicos. Este fenómeno puede ayudarnos, especialmente en la sociedad moderna, con los numerosos «nuevos tipos» de enfermedades (fibromialgia, enfermedades autoinmunes, síndrome de fatiga crónica y otras).
El bienestar general también se resiente de la sobrecarga del organismo con sustancias tóxicas y productos de desecho. Hay una mayor necesidad de descanso y sueño, agotamiento y menor rendimiento. Cada vez más personas padecen síntomas que se deben a una ingesta excesiva o a una falta de excreción de toxinas.
Los hongos medicinales tienen un efecto desintoxicante natural. Con los distintos hongos vitales podemos apoyar nuestros órganos excretores (hígado, estómago, intestinos, riñones y sistema linfático) de forma muy específica.