Aceite de algas: para un desarrollo sano del corazón, el cerebro y los ojos

Una dieta desequilibrada con demasiado omega 6 y una deficiencia simultánea de omega 3 es el origen de muchas dolencias, cuya causa a menudo se pasa por alto.

La deficiencia de omega-3 se manifiesta en enfermedades inflamatorias y autoinmunes, alergias, asma, susceptibilidad a las infecciones, LongCovid, depresión, piel u ojos secos, debilidad muscular, senilidad, problemas de concentración, TDAH, neuropatías, periodontitis, entre otras. También se asocia con la muerte súbita cardiaca y otros trastornos cardiovasculares. Los ácidos grasos omega-3 son especialmente importantes para la salud de niños y adolescentes. Las bases para ello ya están sentadas antes de nacer. Por ejemplo, cuando se administran ácidos grasos omega-3 durante el embarazo, se producen significativamente menos alergias alimentarias o neurodermatitis en los niños pequeños, se ha observado un efecto protector contra el asma, así como un apoyo al desarrollo cerebral y la cognición.

¿Qué cantidad de omega 3 necesita una persona?

El omega-3 compite con el omega-6 por las mismas enzimas. Por ello, la Sociedad Alemana de Nutrición recomienda una proporción de omega-6 y omega-3 de 5:1. Si el nivel de omega 3 es demasiado bajo, se produce más ácido araquidónico proinflamatorio y menos EPA y DHA, valiosos para los nervios y los vasos sanguíneos. Debido a la elevada proporción de productos animales en nuestra alimentación actual, como la mantequilla, la carne, los huevos y la leche, pero también el trigo, el centeno, el maíz, la avena y el abundante aceite de girasol que se encuentra en la comida rápida, la proporción de ácidos grasos omega-6 y omega-3 es en realidad > 7:1. Un consumo regular de productos omega-3 es una forma especialmente eficaz de compensar esta diferencia.

Aceite de algas frente a aceite de pescado

Las fuentes más eficaces de omega-3 son el aceite de pescado y el aceite de algas. En comparación con muchos aceites de pescado, el aceite de algas es de mayor calidad, no está contaminado y es más digerible. Es más respetuoso con el medio ambiente, salva las poblaciones de peces y es una gran opción para los veganos. También es más eficaz que el aceite de pescado en la misma cantidad. Por cierto… en los estudios, alrededor del 20% de los aceites de pescado ofrecidos resultaron estar rancios, lo que se discute como menos eficaz, insalubre o incluso tóxico. El típico olor a rancio suele enmascararse con aromas añadidos.

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Aceite de algas – para un desarrollo sano del corazón, el cerebro y los ojos

Ponente: Dipl.-Biol. Dorothee Ogroske

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